lunes, 6 de diciembre de 2010





¡Lo ha dicho, mi querido caballero! 

Es conveniente que haya leyes que protejan el cuerpo del conocimiento adquirido. 
Tome uno de nuestros buenos pupilos, por ejemplo: 
modesto y diligente, de sus tempranas clases de gramática 
conserva un cuadernillo lleno de frases.
Después de apoyarse en los labios de sus maestros por veinte años, es dirigido para edificar un capital intelectual 

¿No le pertenece a él como si fuera una casa, o dinero?




Por mi. Por Mary Jane


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